- Sigue la transmisión de la señal
-
Canal 45.1
-
Canal 45.2
-
Canal 45.3
En el marco de la celebración de 2019, como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, Domitila Molina Amarillas, originaria de la Comunidad de Pótam Río Yaqui de Guaymas, Sonora, emitió un mensaje en lengua Yaqui, desde la tribuna más alta de la Cámara de Diputados, en donde resaltó que el principal elemento de sustento económico de su pueblo originario es el trabajo de la tierra y el derecho que se tiene sobre el agua, la cual “está contaminada con arsénico en un mayor nivel de lo normal.”
Discurso completo:
Soy Domitila Molina Amarillas, promotora cultural bilingüe; vengo representando a mi tribu Yaqui, localizada entre los municipios de Guaymas, Empalme, Bácum, San Ignacio Río Muerto y Cajeme.
El principal elemento de sustento económico en mi pueblo originario es el trabajo de la tierra. El derecho que se tiene sobre el agua, así como la tenencia de la tierra se remontan a los tiempos de nuestros antepasados, asentados en las riberas del río Yaqui.
Tierra y agua son elementos vitales para los pueblos originarios, para nuestro pueblo Yaqui que, con el tiempo, se han convertido en la causa de conflictos históricos, por la codicia que despertó y sigue motivando la posesión de este territorio.
¡¡Del norte hasta el sur, los pueblos originarios no buscamos la guerra, buscamos la vida!!
“¿Por qué el amor al agua? Porque es la madre de la tierra, es la sangre que corre por las venas de la tierra; sin agua, no hay vida natural, física ni espiritual. Sin agua, no somos nada, valemos menos que nada”, como lo manifiesta un hermano totonaco. De igual forma, creemos en estos elementos naturales, en que la fuerza de nuestro origen está en la lucha por la continuidad y supervivencia de nuestro pueblo.
¡Nos quitaron nuestro río de forma permanente; ¡sin embargo, seguimos existiendo!
Y así como el neo’okay (cenzontle) interpreta varias voces, nuestra identidad cultural también se expresa en sus distintas ceremonias, a través de sus rituales y respectivas tradiciones, costumbres, ideas, creencias, valores, nuestros sueños. Nosotros, con todo eso, seguimos pidiendo por una buena cosecha, no sólo para nosotros, sino para la humanidad; por un sol que no queme los frutos de la tierra; le agradecemos al mar y a la luna, que es nuestra abuela, con ofrendas.
Existe el Programa de Rehabilitación de los Sistemas de Agua Potable de las Comunidades Yaquis, que se concretó el 10 de enero de 1997, en Loma de Bácum, con la presencia del presidente Ernesto Zedillo; hasta el momento, nos tienen con migajas, no han logrado darnos, a los ocho pueblos y sus 54 comunidades aledañas, agua potable.
¡¡Señores y señoras, necesitamos de ustedes!!, que volteen a ver a los menos escuchados; nos urge que atiendan esta alerta sanitaria de nuestro pueblo.
Cómo es posible que cruce un acueducto desde la presa Oviachi hasta Guaymas directo a una zona turística y nosotros, que ancestralmente somos dueños de la mitad de las aguas de la presa la Angostura, no gocemos de ese servicio, cuando, en primera instancia, ésa fue la propuesta. Sí, empezaron bien, pero sólo en dos comunidades: Estación Oroz y Estación Vícam, en las cuales, sólo tres barrios o colonias cuentan con el suministro.
El agua que consumimos tiene arsénico en mayor nivel de lo normal, por lo que hay que ponerle cloro. Necesitamos el agua limpia para una buena ingesta y para el equilibrio del organismo... “Y ¿de dónde la sacamos?”, nos preguntamos. Alguien me comentaba: “Cualquiera puede comprar un garrafón con agua purificada”. ¡No, señores, no cualquiera! A muchas familias no les alcanza para comprar agua embotellada.
Los de la ciudad dirán que es muy difícil llevar el agua hasta esos lugares, no hay condiciones ni medios, pero nosotros vivimos aquí y consideramos el agua una riqueza, pues nos da vida. Necesitamos que consideren nuestra situación y se tomen las medidas necesarias para que las futuras generaciones no continúen sufriendo esta necesidad. Invito a las personas de la ciudad a que reconsideren su uso y el desperdicio de tan vital líquido.
Hasta aquí mi palabra. Gracias a los que se preocupen por esta situación, gracias por la oportunidad de ser la voz de los que sobreviven, aun con enfermedades crónicas a causa de beber agua contaminada o con arsénico durante varios años.
Muchísimas gracias. Dios con ustedes.