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En el marco de la celebración de 2019 como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, Yolanda Bustillos Galaviz, hablante de lengua pima, emitió un discurso en la tribuna más alta de San Lázaro, en donde destacó que uno de los problemas más graves que se tienen en su pueblo, es la destrucción del bosque, debido a las empresas mineras y forestales.
Conoce el discurso completo:
Quiénes son los o’ob o pimas
Los o’ob o Pimas somos los primeros pobladores de los antiguos territorios que abarcaban desde lo que hoy es Hermosillo, capital del estado de Sonora, y entre ambos lados de Sonora y Chihuahua, en la Sierra Madre Occidental, lo que en la actualidad es el sur de Arizona. Somos hombres y mujeres con un vínculo muy fuerte con la naturaleza, especialmente los bosques de pinos, encinos, arroyos y ríos de nuestra tierra, con toda la flora y fauna que nos rodea. Nuestra espiritualidad se refleja especialmente en el Yúmari, cuando damos gracias a Dios por el maíz, y en la Semana Santa, cuando nuestros hombres realizan ceremonias sagradas con pinturas corporales y en el rostro.
Los Pimas nos encontramos ubicados en varias comunidades aledañas a Maycoba, perteneciente al municipio de Yécora, Sonora, y en el municipio de Temósachic, Chihuahua. Vivimos en casas de madera y adobe en medio del bosque, cerca de los arroyos. A veces vamos a nuestros ranchos para la siembra y cosecha de maíz y frijol, a lo que en especial nos dedicamos.
Algunos trabajamos en los ranchos de ganados, en la fabricación de carbón y en los aserraderos de pinos. También muchas de nuestras mujeres trabajan en casas, limpiando, lavando ropa y cocinando. Cinco de nosotros somos maestros de la sección indígena de la Secretaría de Educación y Cultura. También algunos trabajan en las compañías mineras de la región.
Nuestra familia tradicionalmente se forma por un hombre y una mujer y sus hijos, que viven muy unidos con los abuelos, los hermanos y los primos. Antes, todos trabajaban juntos en el campo, pero hoy en día esta relación y convivencia se ha visto afectada por los trabajos en la minería, pues las familias se ven separadas, ya que el papá, y en algunos casos la madre, se tienen que ir a trabajar lejos por varios meses.
Además, debido a la violencia que hay en la región, muchas familias sólo tienen a la madre criando sola a los hijos; algunos hombres abandonan su pueblo y dejan toda la responsabilidad de la familia a la esposa. Por este motivo también se han afectado las ceremonias y fiestas tradicionales.
Dentro de nuestro pueblo, las principales fiestas tradicionales son: Semana Santa, Yúmari, fiestas de San Isidro Labrador, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe y de San Juan Diego y San Francisco de Borja.
En las cuevas de la Sierra Madre encontramos las pinturas rupestres pintadas por nuestros ancestros. Nuestras mujeres artesanas bordan blusas, faldas, tortilleros, mochilas, camisas con los diseños de nuestras pinturas rupestres. También tenemos la tradición del tejido de canastas, petates y sombreros de palmilla y palma.
Las fiestas del Yúmari las celebramos con cantos y danzas durante tres noches. Entre nuestros alimentos tradicionales están el maíz, la carne de guajolote, de jabalí y de venado. También acostumbramos comer los quelites, que son parte importante de la comida Pima.
Uno de los problemas más graves que tenemos, es la destrucción de nuestro bosque, debido a las empresas mineras y forestales. Nosotros, como pimas, sufrimos las consecuencias del alcoholismo y narcotráfico. Abundan las armas, hay muchísima inseguridad. Nos hacen falta mejoras básicas en vivienda, caminos, empleos, salud, seguridad y, principalmente, educación, pues queremos que nuestros hijos tengan la oportunidad de una educación universitaria.
Creo que el futuro del pueblo pima depende del futuro de nuestro bosque, de nuestro territorio tradicional en Sonora y Chihuahua, de nuestra lengua materna y, sobre todo, de nuestra espiritualidad tradicional. Necesitamos fortalecer, proteger y promover estos cuatro elementos, primero, entre nosotros mismos como miembros del pueblo, y sería muy importante para nosotros lograr el reconocimiento por parte de los tres niveles de gobierno, que volteen a ver nuestras comunidades y que realmente se trabaje por mejorar las condiciones de vida de todos los pueblos indígenas en nuestro México.